Una de las causas por las que aún muchas personas desaconsejan a las mujeres en edad fértil tener un gato es la toxoplasmosis.
Temida por muchos y también la causa de numerosos mitos, esta enfermedad también puede tener serias consecuencias en los felinos. Si te preguntas, ¿qué es la toxoplasmosis en gatos? En este artículo conocerás todas las respuestas.
La toxoplasmosis es una enfermedad protozoaria causada por el parásito Toxoplasma Gondii, y que afecta exclusivamente a animales de sangre caliente. Entre ellos podemos citar, además del gato, a los perros, conejos, ratones, aves y otros mamíferos.
La diferencia fundamental es que, de todos los animales que pueden ser vectores de la enfermedad, tan sólo el gato se convierte en huésped definitivo, pudiéndola transmitir a lo largo de su vida, incluso a sus crías.
La toxoplasmosis puede cursar de modo asintomático tanto en gatos como en personas. Sin embargo, supone un riesgo si es contraída durante el embarazo (tanto de mujeres como de felinas), siendo causa de abortos y problemas en el feto o en el neonato, en caso de poder llevar el embarazo a término.
La toxoplasmosis se transmite a los gatos cuando estos cazan y comen pequeños animales como ratas o pequeñas aves, que a su vez sean vectores de la enfermedad. Tras infectarse, comienzan a liberar ooquistes en las heces durante 20 días, y en algunos casos pueden presentar síntomas que describimos más adelante.
Tras la infección inicial, el gato desarrolla inmunidad, así que no volverá a desarrollar toxoplasmosis nuevamente. Aun así, la enfermedad puede permanecer activa en la piel del felino mediante quistes tisulares, de ahí el mito de que el pelo del gato es el que contiene la toxoplasmosis.
Ahora bien, ¿qué causa la toxoplasmosis en gatos?
En general la toxoplasmosis en gatos es asintomática. Pero a veces pueden verse ciertos signos de infección, en felinos muy jóvenes:
Los felinos inmunocomprometidos pueden presentar un cuadro agravado de la enfermedad, pudiendo llegar a peligrar su vida.
Resulta recomendable llevar a nuestro felino a hacerse un examen de sangre cuando planeamos un embarazo, para así evitar cualquier inconveniente y recibir un tratamiento a tiempo, en caso de habernos contagiado en algún momento.
Son necesarias además medidas profilácticas como evitar manipular las heces del gato sin guantes u otra protección, lavar bien las frutas y hortalizas, así como cocer las carnes que le demos a nuestro felino o consumamos nosotras mismas.
De igual modo, evitaremos que nuestro gato salga al exterior, para minimizar el riesgo de que consuma carne contaminada.
Cuando nuestro gato no presenta ningún síntoma, es poco frecuente que un veterinario recete medicamentos para tratar la toxoplasmosis. De existir síntomas, se prescriben antibióticos para gatos como la clindamicina.
Estos logran que vayan desapareciendo todos los síntomas, excepto los neurológicos y oculares, en caso de haberse presentado.
Ahora que ya conoces qué es la toxoplasmosis en gatos, siéntete libre de hacernos cualquier pregunta en los comentarios.
Esta entrada ha sido publicada el 23/11/2020 09:30
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