Todos los que tienen un perro como mascota piensan, con el paso del tiempo, cómo se verá reflejada la vejez en su cuerpo. En el siguiente texto hablaremos de esas señales físicas que podremos ver cuando nuestra mascota llega a la etapa de la vejez.
Señales de vejez en tu perro
Al igual que las personas, los perros pueden presentar canas, sobre todo alrededor del hocico y en la cara. En algunos ejemplares estas aparecen con pocos años de vida, por lo que no es un criterio que pueda utilizarse en solitario para calcular la edad de un perro.
Con los años se produce una degeneración ocular que recibe el nombre de esclerosis nuclear. Los ojos parecen cubiertos por una fina película azulada. No interfiere con la visión normal. Las cataratas, que se aprecian como una película lechosa y son más habituales en los perros de más edad, sí dificultan la visión. Otros sentidos, como el oído o el olfato, también se ven mermados con la edad. La pérdida de olfato puede hacer que el perro pierda interés por la comida.
Los perros de edad avanzada pueden mostrarse confusos, cambiar sus patrones de sueño, evacuar en casa, esconderse, no responder a su nombre, etc. Estos síntomas pueden corresponderse con el síndrome de disfunción cognitiva, un trastorno similar al Alzheimer de los humanos.
Empezando en la boca, el paso del tiempo afecta a la dentadura. Los dientes se desgastan y también es más habitual que aparezcan problemas bucales, como la placa, y que se caigan piezas dentales. Podemos notar dificultades en la masticación.
Por ello, algunos ejemplares necesitarán un cambio de dieta y, en general, se recomienda que todos pasen a consumir un menú específico para perros de edad avanzada. Son productos más digestibles y palatables que contienen ingredientes que ayudan a prevenir o aliviar estos cambios físicos que estamos comentando.
Además, en esta época el tránsito intestinal se ralentiza y son más habituales el estreñimiento y la deshidratación. Ambos trastornos pueden mejorar con una dieta adecuada, un buen aporte de líquidos y medidas como el ejercicio suave.
Igualmente con los años los perros reducen su actividad física. Dedican menos tiempo a hacer ejercicio, pasear o jugar y más a descansar. Podemos notar pérdida de tono y masa muscular y ganancia de grasa. Hay que controlar la obesidad porque agrava y predispone a padecer distintas enfermedades. Sobre todo los perros más grandes cojearán o les costará iniciar la marcha debido a problemas en las articulaciones. Una buena cama mullida y bien resguardada mitigará estas molestias.
La edad es un factor de riesgo en la aparición de distintos tipos de cáncer. Además de la revisión anual que se recomienda y que permitirá la detección precoz de algunos de ellos, palpar el cuerpo de nuestro perro de vez en cuando es la mejor forma de localizar bultos que pudieran ser cancerígenos. Si es tu caso, no esperes para ir al veterinario. En general, aumenta la propensión a enfermar porque el sistema inmunitario también envejece y se hace menos eficaz.
Todo el cuerpo sufre los efectos del envejecimiento. Así, es más normal que con la edad aparezcan síntomas de patologías que afectan al funcionamiento de los riñones, del corazón o del hígado, además de problemas en las articulaciones. Por eso se recomienda acudir al veterinario al primer síntoma y no saltarse las revisiones anuales.
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