Aunque los conejos suelen ser considerados animales de granja, cada día más las personas los tienen en sus hogares. Sin importar el lugar donde te encuentres, lo más importante es mantener a tu mascota con todos los cuidados posibles. Una de las enfermedades que estos animales suelen desarrollar es la mastitis, la cual es una inflamación que se presenta en mamíferos, y que es producida por una bacteria.
Se suele contraer durante el período de gestación, y puede resultar fatal para la madre y los gazapos. En el siguiente texto te hablamos más en profundidad al respecto.
¿De qué hablamos cuando hablamos de mastitis?
Se trata de una inflamación de las glándulas mamarias de la coneja, producida por bacterias del tipo estafilococo y estreptococo, aunque el culpable en la mayoría de los casos es el Staphylococcus aureus.
Al igual que ocurre con el resto de los mamíferos, durante la gestación las mamas de la futura madre crecen de tamaño, pues en ellas se está acumulando la leche necesaria para alimentar a los bebés que van a nacer. Sin embargo, las condiciones en que se encuentra la coneja pueden hacer que contraiga alguna de las bacterias de la mastitis.
El contagio de estos microorganismos se da cuando penetran el organismo de la coneja a través de una herida, por ejemplo inmediatamente después del parto, o inclusive luego de un destete temprano, cuando todavía queda leche para las crías y esta no es aprovechada. También puede aparecer si la glándula mamaria ha crecido deforme.
En cualquiera de estos casos, la bacteria infecta los conductos mamarios, contaminando la leche. A este contagio contribuye, además, la falta de higiene del espacio en el que vive la camada.
Síntomas
Detectar los primeros síntomas de la mastitis es esencial para detener la infección, por lo que tanto los primeros días posteriores al parto como tras el destete debes estar atento a cualquier signo fuera de lo común.
Revisa con cuidado las mamas de la coneja en busca de hinchazón, temperatura superior a la normal, sudor y color rojizo en la zona. Además, es posible que el ánimo de la madre decaiga y no quiera comer o beber. Del mismo modo, rechazará amamantar a las crías, pues la succión de la leche le producirá mucho dolor.
La mastitis en las conejas no solo es peligrosa por la incomodidad que le produce a la madre, sino que además, al estar contaminada la leche con la bacteria, si los gazapos se alimentan de ella enfermarán y morirán. Si las crías son separadas de la madre luego de haber mamado de ella, y han contraído la enfermedad, la transmitirán a la madre nodriza cuando se alimenten.
Tratamiento
Lo más importante es detectar la mastitis a tiempo, tanto para impedir que empeore como para evitar que las crías se contagien. Ante los primeros síntomas, lo recomendable es acudir al veterinario inmediatamente, quien recetará algún antibiótico por un período máximo de 5 días.
De igual forma, durante el tratamiento debes evitar alimentar a la coneja con comida procesada, prefiere verduras frescas y otras opciones caseras. Asea la jaula a fondo y todos los espacios donde pasen tiempo estos mamíferos, para evitar reincidencias o complicaciones. Bajo ninguna circunstancia, cuando hayas comprobado que las crías han sido infectadas, dejes que se alimenten de otra coneja sana.
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