Una de las enfermedades bacterianas más comunes entre las aves de corral es el cólera aviar. Aunque es verdad que se puede manifestar con mayor o menor gravedad, siendo fatal en el primero de los casas. Por esa razón, es importante que estés pendiente y evites que tus aves se contagien, de ser así podría generarse una epidemia. En el siguiente texto te hablamos más al respecto.
Esta enfermedad es de origen bacteriano. En concreto, está causada por la bacteria Pasteurella multocida. Pueden desencadenar la enfermedad diferentes serotipos y con distintos grados de virulencia. Además, es una bacteria muy resistente en el ambiente. Algunas gallinas enfermas de coriza infecciosa agravan su cuadro al sufrir también cólera aviar.
Las aves pueden tener esta bacteria como parte de la flora normal del aparato respiratorio, por eso es considerado un patógeno secundario en otras enfermedades, aunque puede ser ella misma el desencadenante primario.
La gravedad del cuadro va a verse influida por la virulencia de la cepa. Además, hay que tener en cuenta la especie afectada, el estado de salud del ejemplar enfermo, el ambiente en el que viva, su manejo, etc. En función de la presentación, se habla de infección sobreaguda, aguda o crónica. La sobreaguda se caracteriza por la muerte repentina de las aves afectadas, sin que hayamos detectado ningún síntoma de enfermedad.
Algunos de los síntomas más comunes de la cólera aviar son inapetencia, fiebre, sed, somnolencia, postración, diarrea, problemas respiratorios, mucosidad y hemorragias generalizadas.
Tratamiento del cólera aviar
Al tratarse de una enfermedad bacteriana, el veterinario, y solo él, puede pautarnos la administración de antibióticos, aunque no siempre se consiguen buenos resultados, debido a que algunas cepas son muy resistentes. Por ello, numerosos antibióticos de uso habitual no logran eliminar esta bacteria. Para acertar con el antibiótico, lo ideal sería hacer un antibiograma. Esta prueba permite determinar a qué antibióticos son sensibles o resistentes las bacterias presentes en el ave.
Además, es básico un buen manejo. La alimentación adecuada y la higiene son pilares fundamentales tanto para la recuperación como para la prevención. En general, por la mejora en las condiciones de vida de las aves, es más probable que nos encontremos con casos crónicos que agudos.
Podemos proteger a nuestras gallinas gracias a la vacunación y proporcionándoles siempre unas condiciones de vida adecuadas. La vacuna puede administrarse ya durante los primeros meses de vida. Será el veterinario quien nos indique la pauta más adecuada para inocular esta y otras vacunas, así como el protocolo en el caso de tener que repetir las dosis, ya que hay varios tipos de vacunas.
Para una protección más completa, puede ser necesario poner dos dosis separadas por 3-4 semanas. La aplicación, en función de la vacuna, es subcutánea, intramuscular u oral. Eso sí, debemos tener en cuenta que, al haber varias cepas, la vacuna puede no proteger contra todos ellas. Esto quiere decir que el ave vacunada podría contraer cólera aviar.
Esta entrada ha sido publicada el 30/04/2021 09:30
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