Al igual que ocurre con la personalidad de los seres humanos, existen gatos extrovertidos, tímidos, aventureros, caseros y un gran etcétera. No todos los felinos son grandes exploradores, algunos prefieren permanecer en casa, recorriendo el perímetro ya conocido en el que se sienten seguros. Sin embargo, esto se trata tan solo de timidez, y de lo que hablamos en este momento es de miedo.
Cuando un gato es miedoso existe alguna razón para ese comportamiento. La principal suele ser la falta de exposición temprana a las personas, durante su etapa de socialización, que es el momento en el que el gato es un cachorro y tiene los primeros contactos con el entorno, otros animales o personas. Si la socialización no se ha realizado correctamente, es habitual que al aparecer el miedo (alrededor de las 12 semanas de vida), el gato tenga miedo a las personas.
De igual forma, los gatos que han sufrido una experiencia traumática, como puede ser el maltrato o un simple susto, desarrollan conductas temerosas hacia el ser humano, volviéndose hostiles y adoptando actitudes para esconderse y evitar todo contacto con las personas, inclusive con las que tiene buenas intenciones hacia ellos.
¿Cómo saber si tu gato tiene miedo?
Antes de buscar una solución al comportamiento miedoso de tu gato, es necesario que te asegures de que lo que siente es efectivamente temor. Cuando sienten miedo, es muy común que los gatos se escondan, por lo que verás al tuyo buscar refugio debajo de camas, muebles o cualquier otro objeto que le parezca bien para ello. Además, bufará e incluso gruñirá cuando trates de acercarte y sacarlo de allí sin que quiera.
También es posible que el pelo se erice y que el felino adopte una postura defensiva, colocándose contra el suelo pero alerta ante cualquier posible amenaza. Sus pupilas estarán dilatadas y se sobresaltará al escuchar cualquier ruido.
Cómo lograr que tu gato no tenga miedo
Es importante que no lo agobies. Obligarlo a estar contigo, sacarlo de su escondite, tratar de forzarlo a comer solo aumentará la tensión entre vosotros y hará más difícil el proceso. La adaptación debe fluir con naturalidad, sin importar el tiempo que tome. El gato debe tomar siempre la iniciativa.
Otra cuestión crucial es que no lo abordes de frente. Para los humanos es muy común hablar mirando a las personas a los ojos, pero en los gatos esto es signo de desafío, por lo que al acercarte a él con la vista fija en su cara solo lo estás intimidando. Acércate con el cuerpo ladeado, mirando hacia otro sitio, pausadamente, y ponte a su lado como si no le dieras mucha importancia a estar juntos.
Por último, un consejo bastante útil es que te coloques a su altura. Estar de pie es otra cosa que intimida a un gatito miedoso, así que lo mejor es agacharte o echarte a su lado, siempre evitando mirarlo de frente. Simplemente quédate allí y espera que sea él quien se acerque. Intenta evitar los movimientos bruscos, pues le pueden asustar.
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