Muchas personas se sorprenden ante la capacidad que tienen los loros de hablar, pero muy pocos saben por qué esto sucede. Para nadie es un secreto que las mascotas y los animales domésticos son supremamente importantes en los hogares, convirtiéndose en integrantes esenciales de las familias.
Por esa razón, los animales que hablan se convierten en opciones fabulosas para aquellos que quieran, de una u otra manera, comunicarse con su mascota. Los loros, en este sentido, se diferencian de los demás animales. No obstante, saber el porqué hablan es muy interesante para apreciarlos un poco más.
Como todos saben, los loros son aves originarias de América del Sur y Central, que se caracterizan por tener un pico de forma curva, un plumaje colorida, con una gran capacidad craneal, convirtiéndolas en una de las aves más inteligentes. Además, son excelentes voladores y escaladoras de ramas y árboles.
Por lo general, los loros son una de las mejores opciones que las personas eligen como animal de compañía, sobre todo por su gran adaptabilidad y su fácil cuidado. Además, muchas personas quedan encantadas por su gran inteligencia y, sobre todo, por la capacidad de imitar la voz humana y otra gran cantidad de sonidos.
No obstante, se debe hacer una aclaración en cuanto a habla y los loros. Primero, estos animales simplemente repiten de forma mecánica los sonidos que se encuentran en su entornos. Obviamente, si son criados en un ambiente repleto de personas, como es lógico, comenzarán a aprender los sonidos que escuchan siempre.
Por lo tanto, los loros no hablan en el estricto sentido de la palabra, solamente se encargan de repetir los sonidos sin una comprensión de lo que significan. Aunque, de todos modos, sí es una forma de comunicación: en su entorno salvaje, los loros aprenden a comunicarse con los demás imitando todos los sonidos que escucha en el resto de su familia o grupo social, y esta conducta se repite cuando es llevado a un entorno doméstico.
Los loros, de igual manera, puede utilizar dicha actividad como una acción de estímulo-respuesta, dado que el animal percibe que al imitar obtiene una respuesta en su entorno; ya sea comida o la atención de sus cuidadores. Un ejemplo de ello son los loros que repiten el nombre de sus dueños ante su presencia, aunque no comprendan que de esa manera se conoce a esa persona en particular.
Algo muy interesante, es que lo loros no cuentan con cuerdas vocales, sino que tiene un órgano llamada siringe que les permite realizar los sonidos que todos conocemos, aún sin contar con cuerdas vocales que usan la vibración. Algunas especies son más capaces de reproducir sonidos humanos que otras, y en general, si se quiere tener un loro que hable, se debe conseguir uno muy joven al cual se le vayan enseñando las palabras o uno más viejo que ya haya aprendido, ya que un loro maduro pero que nunca habló es muy difícil que aprenda.
Esta entrada ha sido publicada el 06/11/2020 10:00
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