Aquellos que amamos a los gatos y tenemos uno (o más de uno) no creemos nada de lo que se dice por ahí sobre ellos. Sin embargo, son los mitos sobre gatos los que hacen que no todas las personas prefieran a los mininos como mascotas.
En este artículo desmentiremos aquellas invenciones sobre el tema, que se han transmitido de generación en generación.
Las culturas orientales cuentan con numerosos mitos y leyendas sobre gatos, que demuestran su amor y devoción por estos hermosos felinos. Sin embargo, en Occidente las relaciones gato-humano no son siempre las más cordiales.
Gran parte de la culpa recae en la malinterpretación que durante siglos se ha hecho de la conducta de los gatos. Ellos difieren por completo de los perros, y aunque sean nuestras mascotas, nunca nos verán como los líderes de la manada.
Partiendo de ese conocimiento básico, es muy fácil desmentir los mitos sobre gatos que mencionamos a continuación:
Los gatos no son traicioneros, sino que sencillamente velan por sus propios intereses. Mientras que un perro puede mantenerse fielmente a tu lado, aunque le pegues y no lo alimentes apropiadamente, un gato jamás admitirá este tipo de maltratos.
Son animalitos sumamente independientes, y si no les das la comida suficiente, irán a buscarla por su cuenta.
Mientras escribo esto me parece estar escuchando a mi abuela decir “Los gatos son malagradecidos, porque cierran los ojos para comer lo que le pones en el plato”.
En mi experiencia como dueña de más de un gato, puedo decir que Sí, cierran los ojos para comer, pero sólo cuando realmente disfrutan lo que están saboreando, ¿no cuenta eso como un elogio para el cocinero?
Los gatos son mascotas muy recelosas, y consideran su higiene como algo sumamente íntimo. Resulta prácticamente innecesario darles más de un baño al año, mientras están en plenas capacidades para asearse a sí mismos.
Dicho esto, es cierto que a los gatos que no han sido adaptados desde pequeños a bañarse, les desagrada mojarse. Pero no significa que le teman al agua.
He visto muchísimos gatos que nadan en piscinas y juegan con el agua de grifos durante largos minutos. Esos mininos han sido acostumbrados desde pequeños a estar cerca del agua y han sido estimulados positivamente para no temerle.
El famoso “reflejo de enderezamiento” de los gatos, por el cual aterrizan en sus patas en la mayoría de las caídas, ha dado lugar a uno de los mitos más peligrosos sobre los gatos.
Primero que todo, aclaremos que ningún gato sin cola es capaz de caer de pie, ya que la necesitan para conservar el movimiento angular y preparar la caída. Algunos ejemplos son las razas Manx y Bobtail.
Por otra parte, no existe un límite de altura en la que un gato no pueda hacerse daño. Por lo que lanzar a un felino como si fuera una bola de cañón es un serio crimen contra la vida del mismo.
En caso de que la caída sea accidental (pues se han documentado de hasta 20 y 30 metros), lo ideal es llevarlos al veterinario de inmediato si vemos que cojea. Lo más seguro es que, además, se haya mordido la lengua.
Es importante acabar con esos mitos sobre gatos tan comunes y errados, pues no sólo afectan la percepción que se tiene sobre estas maravillosas criaturas. Sino que algunos de ellos pueden hacer que sus vidas peligren.
Esta entrada ha sido publicada el 19/10/2020 09:30
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