A veces, lograr que un perro y un gato se lleven bien resulta tan fácil que pareciera innecesaria la intervención profesional. Sin embargo, si has traído un minino a casa y surge el problema de “mi perro no quiere a mi gato”, debes proceder a una adaptación paulatina, y un entrenamiento concienzudo.
¡No te preocupes! Hoy te mostramos cómo adaptar un perro adulto a un gato, y formar entre ellos las relaciones más cordiales.
Que nuestros canes hayan pasado, con el transcurso de los siglos, de cazadores y pastores a perros falderos o de compañía, no quiere decir que su naturaleza salvaje se haya apagado. La razón de por qué los perros atacan a los gatos reside en su instinto de caza, que resultó esencial para su supervivencia por muchísimo tiempo.
Esto es especialmente común en las siguientes razas caninas. Por ello sería recomendable que te repensaras la adopción de un minino, si tienes alguno de estos perros:
No quiere decir que este tipo de perros exhiban siempre un comportamiento agresivo hacia los gatos, pero te será más difícil adaptarlo a la presencia de un animal que considera presa.
En estos casos, es más fácil cuando el gato es ya adulto, y recibe alguno de estos perros siendo un cachorrito.
Tal fue mi caso: mi gata ya tenía un año cuando llevé una Terrier chilena a caza. Hoy en día, tienen 7 y 8 años respectivamente y se llevan muy bien, pero mi terrier no puede siquiera oler otro gato, porque se torna sumamente agresiva.
Te mostraremos entonces, cómo preparar y adaptar tu perro a la llegada de un felino a casa:
Conviene que, durante los tres primeros días, mantengas al minino en una habitación a la que tu can no tenga acceso. Aprovecha este tiempo para hacer que huelan las mantas o juguetes del otro, evitando que se vean entre sí. Acaricia a tu perro luego de haber tocado al gato, y viceversa.
Luego de los primeros días, podrás proceder a presentarlos. Siempre a una distancia prudencial, y controlando a ambos animales en todo el proceso. Puedes mantener al minino dentro de un transportín para garantizar su seguridad, evitando además que haga algún movimiento que incite al perro a darle caza.
Debes custodiar a tu can con una correa extensible y un bozal, al menos en los primeros encuentros. Permite que huela al minino, prestando atención a su comportamiento. Si lo notas demasiado excitado o nervioso, aléjalo un poco.
Si tu perro asimila bien las presentaciones, luego de una semana estarán en camino a una buena convivencia.
Ahora bien, si las cosas no marchan como esperabas, conviene buscar ayuda para entrenar a tu perro. Un especialista te mostrará cómo enfocar la atención de tu can, en algo que le resulte más interesante que la caza.
Configura tu casa teniendo en cuenta las necesidades de ambos animales. Asegúrate de que los bebederos, tazones de comida, camas y arenero estén separados. De modo que ninguno de los dos sienta su espacio invadido.
Esperamos entonces que, con estos consejos, la frase de “mi perro no quiere a mi gato” quede en el pasado. Si tienes alguna inquietud, déjanos un comentario.
Esta entrada ha sido publicada el 15/12/2020 09:30
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