Sin duda alguna, las aves son una parte fundamental en el medio ambiente. Debemos entender que sin ella no se producirían grandes cadenas que sirven para que todo el conjunto funcione como debe. Un ejemplo de ello es el colibrí. Gracias a este pequeño animal, se puede producir la polinización debido a que sus picos transportan el polen de flor en flor.
Las golondrinas son otras aves que ayudan al consumir insectos y larvas, lo cual mantienen un equilibrio perfecto en su entorno. De hecho, si no estuvieran ella, se producirían plagas de insectos que afectarían en gran medida la salud de las personas y de los cultivos.
Seres humanos y aves compartiendo espacio
Sin duda alguna, estamos afectando el hábitat de estos animales. Actividades como la caza, la ganadería, la deforestación y la construcción provocan que muchos de sus recursos se pierdan y deban emigrar a otros lugares. Por lo tanto, debemos procurar que el progreso humano no afecte a otras especies.
Es nuestra labor proteger los lugares donde habitan y controlar la actividad humana que en ellos se presentan, solo de esa manera las aves podrán vivir en paz y armonía. Es importante que comprendamos que las aves emigran en las épocas de otoño-invierno. Los lugares a donde llegan reúnen cierto tipo de características idóneas para su reproducción. Los lugares cálidos y agradables son los preferidos.
La actividad humana, a menudo, hace que dicha actividad sea peligrosa. Principalmente debido a la deforestación, que se hace para construir redes eléctricas o vivienda, además de la caza, la ganadería o la agricultura masiva; actividades que requieren carreteras y diferentes tipos de infraestructura para funcionar de una buena manera.
Lo anterior, provoca cambios en los hábitats de las aves, lo que a su vez cambia todo el entorno donde ellas obtienen recursos y finaliza con el abandono de las mismas o que la migración se vea afectada en gran medida, poniendo en peligro la vida y supervivencia de las especies.
Sin olvidarnos del cambio climático, los cambios de temperatura hacen que se reduzca el número de migraciones y alteren sus rutas provocando que las épocas de reproducción se adelanten y pongan en peligro este proceso a causa de la falta de alimento. El no realizar la migración en la época adecuada, puede llegar a provocar la desaparición de algunas especies que se están viendo brutalmente afectadas por estos cambios en su entorno.
La decisión está en nuestras manos
Lo más importante que debemos comprender es que todos hacemos parte de un todo mucho más grande. Pensarnos los únicos con derecho a habitar esta tierra nos convierte en seres mezquinos, que somos capaces de pasar por encima de otras especies para conseguir nuestro objetivo.
La realidad es todo lo contrario. Somos los protectores de los hábitats vitales para las aves y para otras tantas especies que viven en este mundo. La protección de estos espacios protegerán a las aves y harán que las futuras generaciones disfruten de un entorno seguro, repleto de recursos para su disfrute y el nuestro.
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