Uno de los grandes mitos que ronda a los felinos, y de paso los convierte en objeto de estudio desde hace mucho tiempo es aquel que afirma que los gatos siempre caen de pie. No es meramente una historia, es una realidad (en parte).
Si bien la capacidad de los gatos de ejecutar una caída perfecta ha sido estudiada desde el siglo XVIII, mientras menor sea la altura, menos tiempo tiene el felino de voltearse para caer sobre sus patas.
Es así que podría sorprenderte que tu minino se cae de la mesa y aterriza sobre su espalda, pero sobre ese tema no haremos hincapié, sino en explicar por qué logran esos increíbles aterrizajes:
En los felinos existe una habilidad llamada reflejo de enderezamiento del gato la cual ha sido estudiada por un sin número de científicos desde el año 1700. Claro que para esas fechas tenían muchas hipótesis e interrogantes, un poco complicadas para el desarrollo científico de antaño.
Para mitades del siglo XIX se le atribuyó una ley física para la explicación de esta interrogante, el principio de conservación del movimiento angular, que en teoría principalmente sería: El momento angular para un cuerpo rígido que rota respecto a un eje, es la resistencia que ofrece dicho cuerpo a la variación de la velocidad angular.
Pero una vez más estaban errados sobre la realidad del por qué los gatos suelen caer de pie. Porque los físicos planteaban que una vez el gato comenzara a descender en caída libre no podría girar sobre sí mismo para caer de pie. Es decir, que realizaban el giro momentos antes de comenzar a descender.
Esta teoría fue derrocada por el fisiólogo francés Etienne-Jules Marey en el año 1984, que demostró que un gato no es un cuerpo rígido y que, por tanto, pueden doblarse, girar o moverse en el aire sin necesidad de un movimiento angular.
Los gatos caen en cuatro patas gracias a varias manipulaciones o acciones que realizan en su cuerpo para lograr de esa manera enderezarse en el aire. El felino realiza varios movimientos consecutivos que le dan esta gran habilidad, uno de los más importantes es la maniobra de “doblar y girar”.
Otro de sus aspectos importantes es la capacidad alojada en el interior de sus oídos. Dicha zona llamada vestíbulo, es una estructura sensorial capaz de detectar la posición de la cabeza y el movimiento al que está sometido, para luego enviarlo al cerebro.
Este último, como todos conocemos, es el encargado de condicionar todos los movimientos corporales y, por tanto, de condicionar la respuesta felina.
El reflejo del gato comienza al girar su cabeza para recuperar su orientación. Lueego, él mismo recoge las patas delanteras y estira las traseras junto a su cola para realizar el giro. Primero gira la mitad delantera de su cuerpo, para luego girar y estabilizar la mitad trasera.
Este movimiento lo hace de manera inversa al del inicio, estirando las patas delanteras y recogiendo las traseras. Durante la caída el felino flexiona la columna de manera tal que, al llegar al suelo, ya tiene las cuatro patas apuntando hacia él. De esta forma, puede minimizar la fuerza de impacto con el mismo.
¿Qué te ha parecido nuestra explicación de por qué los gatos siempre caen de pie? ¿No te parece que sería mejor decir que los gatos “suelen” caer de pie? Esperamos que hayas aprendido más sobre tu minino, y que no trates de comprobar esta teoría en casa.
Esta entrada ha sido publicada el 22/02/2021 10:00
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