En condiciones de mala higiene, es normal que se desarrolle cierto tipo de enfermedades víricas, bacteriológicas y parasitarias que pueden afectar a las personas que se encuentran alrededor. Por esa razón, una de las principales recomendaciones es mantener el lugar donde se encuentra tu mascota lo más limpio posible y con todas las medidas de higiene que piden los expertos
El Cheyletiella parasotivorax es un ácaro que afecta a los conejos. Es muy contagioso y capaz de infectar a las personas, produciéndoles una dermatitis localizada o generalizada con múltiples protuberancias rojas, tanto en las extremidades como en el tronco, las cuales causan picor. Sin embargo, como las personas no son el hospedador final del ácaro, estos síntomas suelen desaparecer en un máximo de tres semanas.
La Giardia duodenalis es un protozoo flagelado que se transmite a partir de las heces de los conejos infectados, que generalmente son pastosas y con mucosidad. Es especialmente peligrosa en personas inmunodeprimidas o en niños, por lo que cualquier cambio en el aspecto de las heces de nuestro conejo debe hacernos sospechar de esta parasitosis.
Se ha comprobado que los conejos pueden actuar como transmisores de Leishmania infantum, pero es necesario que un mosquito flebotomo medie entre el conejo y la persona para que la enfermedad se transmita. En personas esta enfermedad produce dificultad para respirar y deglutir, úlceras en la piel, en la boca y labios, congestión y hemorragia nasal.
También puede provocar una leishmaniosis visceral que en niños produce diarrea, fiebre, tos y vómitos; mientras que en adultos se producen síntomas como fiebre, fatiga, debilidad, pérdida de apetito, dolor de abdomen, pérdida de peso y sudores fríos.
Tras el contacto con la piel o el pelo, nos podemos contagiar de las esporas de hongos dermatofitos de los géneros Microsporum y Trichophyton. Las hifas crecen en el estrato córneo, levantando la cutícula del pelo e invadiéndolo en toda su extensión hasta producir su caída. Los conejos afectados suelen tener zonas alopécicas circulares.
Sin embargo, en ocasiones el animal es un portador asintomático y solo es el cuidador quien tiene los síntomas, que consisten en ronchas y zonas circulares con bordes rojizos que pican localizadas en el cuello, el tórax y los brazos.
El hongo Sporothrix schenckii puede ser transmitido por los conejos y puede producir en humanos una forma linfocutánea, que es la más frecuente, con aparición de pápulas que se transforman en pústulas y estas en nódulos subcutáneos que se expanden lentamente vía sistema linfático, hasta que llegan a ulcerarse y exudar. Otra forma es la pulmonar y la diseminada, siendo raras y con elevada mortalidad.
También conocida como “Fiebre de los conejos”, es una enfermedad poco frecuente cuyo causada por la bacteria Francisella tularensis. Existen seis formas clínicas de tularemia, dependiendo de la vía de entrada: ulceroglandular (la más común, causa úlceras en la piel), glandular, oculoglandular (afecta a los ojos), orofaríngea (afecta al sistema digestivo), neumónica y septicémica (afecta a todo el organismo).
Esta entrada ha sido publicada el 11/01/2021 11:00
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