Los conejos son mascotas, relativamente, fáciles de tener. Esto se debe a que no nos exigirán grandes actitudes para conseguir que sea cariñoso, se porte bien con la familia y se integre en todo el conjunto. De todas maneras, se debe entender que entre más jóvenes lleguen a nosotros, será mucho mejor de cara a la domesticación.
No obstante, deberás contar con algunos conocimientos para que tu conejo respondas cómo quieres, de esa manera será un animal que tenga una vida feliz, toda la familia lo querrá y se convertirá en tu mejor amigo.
Es normal que tengamos muchas dudas cuando decidimos dar el paso de conseguir una mascota, sobre todo cuando de comportamiento animal se trata. Lo primero que debes saber, una vez te has decidido a tener un conejo, es que su domesticación no es un trabajo difícil. Sin embargo, existen unos cuidados básico que deberás tener en cuenta y atender diariamente para que la relación entre los dos sea la correcta.
En primera medida, cuando el animal entra por primera vez a nuestro hogar, lo mejor será que le demos un poco de espacio y lo dejemos tranquilo, ello con el afán de que se acostumbre a su nueva habitat. Al principio, los conejos son animales muy asustadizos y fácilmente se puede estresar, por ello te recomendamos que evites los ruidos o las luces muy fuertes, ya que pueden llegar a alterarlos.
Lo más importante que debes tener en cuenta es la paciencia. Poco a poco podrás ir acercándote a ellos, así identificarán que no somos ninguna clase de amenaza y que lo único que queremos darle es cariño.
Cuando lo saques de la jaula es importante tener mucho cuidado con ellos. Los conejos son animales que necesitan oler el mundo donde se encuentran, por eso se acercarán a los objetos que tienen alrededor y forman parte de su vida. De la misma manera, esto animales aman estar en lugares altos, pues así podrán ver y hacerse un esquema mental del que será su nuevo hogar.
Debido a su fisionomía, los conejos cuentan con un gran sentido del oído, con el cual es capaz de detectar los sonidos que se encuentran a su alrededor. Esto también hace que los sonidos fuertes lo asusten sobremanera, por eso es importante que no le hables a gritos y mucho menos directamente a las orejas; esto puede causar sordera.
Dirígete a ellos de forma suave, aunque no parezca ellos podrás escucharte muy bien, además hazle ver que estás diciendo algo muy bonito, esto se logrará a través del tono que utilices. También puede acariciarlo mientras hablas, esta es una excelente táctica para tranquilizarlos y generar confianza. Tócalo en su frentes, esta es una de las partes más sensibles y que les encanta ser acariciados; de igual forma, detrás de las orejas, pero evita tocar la tripa y la cola, ya que no les agrada para nada.
Al tomarlos, recuerda no lanzarlos al aire ya que se asustarán mucho y fácilmente pueden estresarse. Esto puede ocasionar cambios en su comportamiento, por ejemplo, dejarán de comer o llegarán a morderte.
Esta entrada ha sido publicada el 27/04/2020 16:03
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