Cuando un ave se encuentra herida será incapaz de volar y, en algunos casos, incluso de caminar o de sostenerse de pie durante mucho tiempo. Lo primero es asegurarte de que, efectivamente, el ala ha sufrido una herida. Cuando una de las alas está rota o lastimada su caída es diferente a la del miembro sano, más abajo de lo normal.
Existen diferentes tipos de lesiones, de la gravedad dependerán los pasos a seguir para sanar el ala rota del ave. Verifica si hay sangre o fractura. Observa el ala tratando de manipularla lo menos posible, en busca de fisuras en la piel, fractura o dislocación. Si estos son los signos que ves, el ala se encuentra rota y necesita de tu ayuda para sanar.
A diferencia de lo que ocurre con muchos perros y gatos, las aves desconfían de los humanos con mucha facilidad. Si no han sido domesticadas, nos consideran depredadores, así que esto es lo primero que pensará de ti el pájaro que has descubierto con un ala rota. Debido a esto, necesitas atraparla y transportarla a casa de forma segura para poder realizar la cura.
Lo ideal sería que pudieras tomar el espécimen con guantes, pero sabemos que no siempre tendrás un par a tu alcance cuando vayas por la calle. En principio, coloca una toalla, camiseta o cualquier otra prenda de tela que tengas a tu alcance sobre el ave, para evitar que te haga daño con el pico o las patas.
Envuélvela como puedas, dejando libre la cabeza y posicionando el ala rota con cuidado. Lo más pronto que puedas, consigue una caja, ábrele varios agujeros e introduce el ave allí para llevarla a casa de manera más cómoda.
Ya en casa, puedes asignar una jaula para tu nuevo huésped si dispones de una. De lo contrario, y como se trata de algo provisional, una caja lo suficientemente grande con algún tejido cálido en el fondo le servirá de cálido refugio al pájaro. Evita que otros animales y niños pequeños se acerquen a ese nido.
La cura dependerá del tipo de lesión que se aprecie. Si brota sangre, lo primero será desinfectar y detener la hemorragia. Limpia la herida utilizando un hisopo o un disco de algodón empapado en agua oxigenada. Da pequeños y suaves toques sobre la herida.
Luego, aplica polvo astringente para detener el sangrado.
Puedes conseguirlo en tiendas veterinarias, y no solo pone fin a la hemorragia sino que además es analgésico. Su efecto es un poco doloroso al principio, pero servirá para heridas grandes. De no tener polvo astringente a mano, espolvorea con fécula de maíz la zona, pues al ser pequeñas las aves se desangran fácilmente.
Si se trata de tan solo de un corte pequeño en el ala, con poca sangre, aplicar yodo sobre la herida con un algodón será más que suficiente para desinfectar y sanar el corte.
Posterior a esto será necesario aplicar un vendaje, tanto si se trata de una lesión externa como si hay fractura.
Necesitarás una venda y unas tijeras. Se debe inmovilizar el ala rota, así que enrolla con mucho cuidado la venda pasando por lo que sería la axila y luego a lo ancho, para después cruzar sobre el cuerpo del ave, dando un par de vueltas sobre el pecho. De esta forma quedará bien sujeta en su sitio. Coloca con firmeza pero sin apretar demasiado, para evitar asfixiar al pequeño animal.
Esta entrada ha sido publicada el 25/06/2021 09:30
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