Existen perros para los que el baño es uno de los momentos más relajantes y estimulantes que existen. Por otra parte, existen otros que lo aborrecen, y la sola idea o mención del mismo, hacen que se aparten y corran a esconderse. Sin importar en cuál de las dos clases de encuentre tu mascota, la verdad es que el baño representa un ritual de higiene muy importante para mantener la salud del perro.
Por lo tanto, y para que no pases ninguna clase de detalle por alto, hemos escrito el siguiente texto. Aquí encontrarás las mejores formas para desarrollar el proceso de baño y, si la suerte te acompaña, lograr que bañarse no resulte algo tan traumático para tu mascota.
Durante el baño
Cuando tu perro huela mal, necesitará un baño urgente antes que se convierta en un problema maor. Para los perros, este se convierte en un proceso esencial para su bienestar. Aunque puedes optar por un centro especializado donde bañen y acicalen a tu can, la verdad es que hacerlo tu mismo traerá bastantes beneficios como lograr que adopten esta rutina y la sientan como algo placentero.
Y es que los perros necesitan aprender que periódicamente los baños son importantes, rutina que se debe ajustar tanto a la raza como al tipo de pelo, carácter del animal etc. Además de tus recursos: espacio donde realices el baño, destreza para hacer etc.
Cuando empieces con el proceso, te recomendamos que utilices agua templada, no superior a los 39 grados centígrados. Empieza por mojar las extremidades y después la zona lumbar, así vas subiendo poco a poco hasta la cabeza. Cuando el perro se encuentre mojado por completo, deberás aplicar jabón o champú. Distribuyelo en todo el cuerpo y frota suavemente.
Una de las partes a las que más debes prestarle atención es a los oídos del perro. Evita que penetre demasiada agua en ellos, de lo contrario puedes provocar algunos males como la otitis. Algunas personas utilizan tapones para perros o bolas de algodón, aunque con un buen cuidado no será necesario.
De la misma manera, los ojos son una parte sensible de tu mascota, por lo cual evita que el jabón caiga en ellos y, en caso de que ocurra, usa abundante agua fresca para librarlos del mismo. Una vez hayas terminado en enjabonar, enjuaga con abundante agua hasta que no quede rastro de champú.
Acto seguido, seca con una toalla hasta eliminar todo el exceso de humedad. Te recomendamos que cepilles muy bien el pelo, sobre todo si es largo, además desenredalo y deshaz los nudos que puedas encontrar. Seca muy bien las áreas sensibles para que no generes dermatitis.
Por último, te recomendamos que utilices secador de aire templado, aunque este últimos paso puede resultar algo desagradable para el animal, la verdad es que es bueno que se acostumbre al ruido y el efecto que el aire tiene sobre él. En todo el proceso puedes hacer uso de premios para reforzar el comportamiento de tu mascota.
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