Los gatos son animalitos rutinarios y, sobre todo, aferrados al hogar en que han crecido, que es, como diríamos su territorio. De ahí que muchas personas se pregunten: “¿Puedo llevar a mi gato a otra casa?” La respuesta es sí, pero no es sencillo. Si quieres saber cómo mudarte con tu gato, y que él se adapte al nuevo hogar, sigue leyendo.
En este post, te contaremos por qué es tan difícil para algunos gatos mudarse o más bien, adaptarse a nuevos espacios y situaciones. Y cómo puedes contribuir para que la mudanza no sea extremadamente estresante para él.
“Nos mudamos y mi gato no para de maullar” o “Desde que nos mudamos mi gato no come” son frases comunes de dueños de gatos que llevan a sus mininos a una nueva casa, y no saben cómo lidiar con su mascota que de pronto se muestra intranquila, agresiva, asustadiza o incluso puede perderse intentando regresar a su antiguo hogar.
Lo cierto es que no todos los gatos pasan por esta etapa, sobre todo si son más pequeños, pues a esa edad no han establecido sus rutinas y sus espacios en una casa. Más que a sus dueños, los gatos se aferran a esas costumbres y espacios en donde se sienten seguros, y es lógico que les sea complicado olvidarlo todo de un día para otro.
Si tienes un gato que se esconde cuando vienen visitas, o que se asusta fácilmente con ruidos comunes como el del secador, aspiradora, etc. Que además se pone ansioso si no puede entrar a su habitación favorita, probablemente debas seguir al pie de la letra los consejos que te damos a continuación:
Si hasta el momento no has tenido que llevar a tu minino al veterinario con frecuencia, puede que no hayas prestado atención a su relación con el transportín. Si tu gato asocia este con “veterinario” o “encierro”, y enseguida que lo pones dentro comienza a maullar y rascar, debes intentar cambiar esto antes de mudarte.
Pon alguna mantita o una ropa con tu olor dentro, y ve acostumbrándolo con snacks a que es un lugar seguro. ¿Por qué? Porque cuando llegues al nuevo hogar, el transportín será el único espacio conocido para él, por lo que conviene que lo vea como un refugio durante los primeros días.
Cuando llegues a la nueva casa, lleva el minino a una habitación que puedas tener controlada, libre de ruidos, movimiento, y por supuesto con las ventanas y puertas cerradas. Si puedes controlar que nada lo moleste en ese espacio nuevo, tendrás un buen punto de partida.
Te recomendamos una habitación, de ser posible. Si tienes que poner cosas adentro, que sea la última. Cuando puedas estar a solas con tu gato allá adentro, abre el transportín y espera a que sea tu gato quien salga por sí mismo. Provéele agua, comida y su arenero, aunque esos no sean los lugares en que pondrás estos de forma definitiva.
Cuando le hayas dejado todas las necesidades básicas cubiertas, abandona la habitación y déjala cerrada por un rato. Puede que lo oigas maullar muy alto, pero no deberías abrir la habitación hasta que no te asegures de tener todas las ventanas y puertas de la casa cerradas, pues tu gato podría sentir la urgencia de huir.
Una vez le des acceso al resto de la casa, verás que comienza a salir a explorar poco a poco:
Si aún tras este procedimiento básico de cómo mudarte con tu gato, él aún no se adapta al nuevo hogar, o presenta síntomas como inapetencia, agresividad, etc. será mejor consultar a un veterinario.
Puedes ver el vídeo aquí:
Esta entrada ha sido publicada el 10/05/2021 10:00
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