Muchas veces los dueños de perros se quejan de que su perro sea un animal con demasiada energía y por lo mismo puede presentarse nervioso, inquieto y ansioso. Este tipo de comportamiento es normal cuando el can ha sido abandonado o ha pasado por un momento de alto estrés. En el siguiente texto te hablaremos de algunas formas para que puedas mantener a tu mascota en un estado de sano equilibrio y puedas, en definitiva, tener una convivencia amena.
Cuestiones antes de adoptar
Los perros, al igual que todos los animales, tienen su propio carácter individual, por lo que no debemos pensar que todos son cariñosos, juguetones, tranquilos y obedientes. Así, siempre que sea posible, es importante que consultemos con las personas responsables del perro para conocer sus características, de forma que se ajuste a nuestras condiciones vitales.
Si nos preguntamos cómo tener un perro tranquilo, que su energía congenie con la nuestra es el primer paso. Por ejemplo, si vivimos en un piso y pasamos casi todo el día fuera es difícil que podamos atender las necesidades de un cachorro, cuya energía no gastada le llevará, muy probablemente, a provocar destrozos.
El ejercicio es crucial
Si queremos entender cómo tener un perro tranquilo, debemos, en primer lugar, ser conscientes de la importancia del ejercicio. Si bien la intensidad de este va a depender de las características del perro, todos ellos van a necesitar ejercicio diario. El paseo del perro es fundamental y puede complementarse con carreras, saltos, diversos juegos e incluso natación.
Suelen recomendarse tres paseos al día, pudiendo realizar un par de ellos breves, de unos 15 minutos, y otro largo, de unos 40-60, siempre adaptados a las circunstancias del perro y teniendo en cuenta que los cachorros no deben contactar con perros desconocidos ni sus secreciones hasta que no hayan completado su calendario de vacunaciones.
Incluso animales que viven en fincas amplias van a necesitar pasear, pues enseguida conocerán perfectamente el terreno y, sin salir, pueden aburrirse y mostrar signos de inquietud que les llevarán a intentar escapar o provocar destrozos. Un perro adecuadamente ejercitado va a estar más tranquilo en casa.
Educación
No se trata de que nuestro perro responda a nuestras indicaciones de forma mecánica, no obstante, conocer las órdenes básicas de obediencia constituye una ayuda a la hora de mantenerlo tranquilo. Estas órdenes suelen ser las que le indican que se siente, que se tumbe, camine a nuestro lado o espere quieto. Si tenemos alguna duda sobre los procesos de aprendizaje podemos consultar con adiestradores caninos profesionales.
La función de esta enseñanza es aportar calma y orientación a nuestro perro en situaciones en las que se puede sentir inquieto. Por ejemplo, si estamos en un lugar desconocido y hostil, como puede ser la clínica veterinaria, o vienen extraños a casa, nuestro perro puede encontrarse confuso y sin saber cómo reaccionar, lo que demostrará ladrando o subiéndose a las personas.
El juego
El juego es otro de los pilares fundamentales a los que debemos prestar atención si queremos saber cómo tener un perro tranquilo. Conociéndolo sabremos cuál es su juego favorito, ya que algunos prefieren correr, otros perseguir pelotas y a algunos les gustan los circuitos de actividades donde también pueden saltar y trepar.
Una buena sesión de juegos con la frecuencia que necesite va a ayudar al perro a liberar energía y, por tanto, mostrarse más tranquilo y receptivo. No obstante, debemos evitar los juegos en los que el animal se muestre excesivamente excitado, nervioso u obsesionado. También es muy conveniente fomentar el juego con otros perros, que sepamos que son amistosos y que están controlados sanitariamente.
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