Aún cuando el periquito es un ave que puede domesticarse hasta el punto de poder dejarlo volar libre por nuestro hogar, para prevenir accidentes habrá momentos en los que deberá permanecer en su jaula. Acudirá a la jaula para comer y para beber, y lo que interesa es que sea una jaula lo más cómoda posible para él y que le permita realizar actividades o movimientos comunes en los periquitos que viven en libertad, incluidos vuelos cortos y aleteos.
Uno de estos movimientos es el de trepar. A los periquitos les encanta subir por los barrotes de su habitáculo como si fueran pequeñas ramas, colgarse del techo cabeza abajo y hacer mil payasadas. Por ello la jaula de un periquito deberá ser o bien de barrotes horizontales o bien contener varios barrotes así, que sirvan de punto de apoyo para sus escaladas.
Los periquitos disfrutan de algunos juguetes como pueden ser el columpio (casi todas las jaulas para periquitos lo traen incorporado) o algún accesorio colgante terminado en una campanilla o un cascabel que quede al alcance del periquito de tal forma que pueda agitarlo y hacerlo sonar a su antojo. Es imprescindible que la jaula presente algunos palos transversales, pues son donde el ave pase gran parte de su tiempo y donde generalmente duerma.
De todas formas, aunque nuestra mascota disfrute con accesorios y juguetes diversos, es importante no sobrecargar el espacio. No está de más recordar que no existe jaula demasiado grande para un periquito y sí las hay demasiado pequeñas.
Aunque parezca obvio debemos reparar en la calidad de la jaula que vamos a utilizar para albergar a nuestro periquito. Debemos tener en cuenta que el material a utilizar suele ser acero cromado o inoxidable. La pintura debe ser evidentemente sin plomo, ya que podría ser mortal para nuestra ave. Finalmente asegúrate de que los barrotes no son maleables, debe ser imposible que el periquito pase su cabeza por allí.
Es imprescindible que la jaula de un periquito disponga siempre de dos comederos y un bebedero como mínimo a los que puedan acceder sin problema alguno. Revisaremos de forma diaria los bebederos y comederos asegurándonos que el agua está limpia y la comida en abundancia.
Debes fijarte regularmente ya que los periquitos (al igual que otras aves) suelen descascarillar las semillas encima del propio alimento y como consecuencia se crea una capa de cáscaras importantes.
Puede darnos la sensación de que un comedero está lleno cuando la realidad es que presenta una acumulación que no pueden traspasar. Por este mismo motivo se deberán soplar las semillas de la superficie de los comederos con frecuencia, al menos una vez al día.
Yo aconsejo hacerlo con una pajita de refresco para que salgan volando pero no se nos peguen a la cara o al cabello, una vez le hayamos pillado el truco nos daremos cuenta que es muy sencillo. Aún así, ¡siempre vamos a encontrar alguna semilla en el suelo de nuestro periquito!
Esta entrada ha sido publicada el 28/05/2021 09:30
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