El bulldog es un perro indudablemente peculiar. Su expresión de enfado aparente resulta un puchero cuando descubrimos bajo esa piel arrugada, uno de los temperamentos más amables y tranquilos de entre los canes. Te presentamos hoy, las características y los cuidados del Bulldog.
Sin más dilación, comenzamos por el primer punto:
Bulldog es el nombre común con que se conoce al “bulldog inglés”. Lo primero que llama la atención acerca del bulldog es su enorme cabeza, en comparación con su cuerpo.
Presenta gruesos pliegues de piel en la frente y encima de la nariz, además de una papada colgante bajo el cuello y labios caídos. Sus ojos son grandes y redondos, y su hocico es especialmente corto.
El pelaje es corto y liso, generalmente de colores rojo, beige, marrón, blanco o atigrado. Poseen la cola naturalmente corta de nacimiento, presentándose en un pequeño rizo.
Aunque son perros pequeños, resultan bastante pesados, yendo de 22 a 25 kg en los machos, y de 18 a 20 kg en las hembras.
Su carácter es afable y perezoso, costándole bastante salir a dar un paseo o ejercitarse. Eso sí, resultan a veces tozudos y cabezotas, por lo que no es de esos perros que acatan una orden de inmediato. Para convencerlo de algo, necesitarás paciencia y mucho afecto.
El bulldog, como raza, ha sido durante décadas víctima de una crianza indiscriminada en busca de la perfección de la raza. Esas características tan deseables como: hocico extremadamente chato, hombros bien anchos y caderas sumamente estrechas, han conllevado a la aparición de múltiples defectos y enfermedades genéticas.
Sólo en 2010, la Federación Cinológica Internacional adoptó un estándar de la raza que priorizaba la salud y el bienestar del perro. Aunque tu bulldog sea fruto de este nuevo estándar, hay algunos cuidados que debes tener en cuenta:
Debido a la configuración de su cráneo, los bulldogs son bastante sensibles al calor. Por ello, es recomendable que no extiendas sus paseos por más de 20 minutos en la temporada de calor. Debes proveerles agua fresca abundante y un cómodo espacio a la sombra para que descanse.
En general, los bulldogs no requieren muchos paseos ya que son poco activos, con un par de paseos espaciados tendrá suficiente.
Muchos bulldogs presentan problemas respiratorios y disnea durante toda su vida, debido a su corto hocico. Además, suelen presentar problemas de cadera como la displasia, especialmente en la vejez, lo cual puede ser prevenido con un pienso que contenga suplementos de glucosamina y condroitina.
Otro problema común puede ser la patología “cherry eyes”, que consiste en el prolapso de la glándula de la membrana nictitante. Por último, si tienes una bulldog y quieres que tenga crías, es muy probable que, por la misma estrechez de caderas, deba someterse a una cesárea.
Es una ventaja ese manto corto y liso, porque sencillamente con un guante para el pelaje de mascotas podrás lograr que tu bulldog tenga un pelo brillante, libre de pelos sueltos, polvo y pelusas.
El baño puede dilatarse hasta 2 meses si empleas estos guantes. Ten en cuenta a la hora de bañarlo, que los bulldogs pueden presentar alergias. Así que un shampoo para mascotas hipo-alergénico será la mejor opción.
Asegúrate, además, de secar bien la piel entre los pliegues, para evitar hongos.
Un bulldog requiere cuidados, como cualquier otro can, pero sobre todo afecto y mucha paciencia. Así que, si la idea te atrae, ¿por qué no traer uno a casa?
Esta entrada ha sido publicada el 29/12/2020 09:30
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