Los pavos son animales que usualmente están asociados con las festividades, esto se debe porque se convierten en el plato principal en las cenas navideñas. No obstante, detrás de ellos existe toda una historia y datos de los más particulares. Es bueno, que de vez en cuando, nos detengamos ante esos animales que nos brinda un sustento y conozcamos, en cierta medida, el trasfondo de su existencia.
Por esa razón, hoy hablaremos de los pavos más allá de la cocina. Conoceremos su origen y otros datos interesantes que nos harán comprender la extraña y maravillosa criatura que son. Esperamos que este recorrido por la vida del pavo les haga valorarlo un poco más.
Aunque no lo creas, los pavos no son unos “pollos grandes”, las dos especies se separaron hace más de 45 millones de años de evolución. Existen seis subespecies de pavo salvaje, todas nativas de América del Norte; y dos de ellas de origen mexicano. Los aztecas domesticaron a la subespecie M. gallapavo gallopavo, que era un pavo silvestre que habita en el norte y centro de México.
Los españoles llevaron esos pavos a Europa, los cuales se extendieron por muchos países, incluida Inglaterra. Cuando los peregrinos llegaron a Estados Unidos y Canadá, dentro de su cargamento, traían varios de esos pavos domésticos originarios de México. El pavo ocelado, pintado o faisán, Meleagris ocellata, se puede encontrar en la península de Yucatán.
¿Cuál es la diferencia entre un pavo y una pava? Un pavo adulto pesa entre siete y diez kilogramos, en su pecho tiene plumas largas, que parecen barbas, que alcanzan los 18 centímetros, y tiene espolones afilados que sirven para pelear. Una pava adulta pesa alrededor de tres a cinco kilogramos, no tiene barbas ni espolones. Solamente los pavos machos adultos gorgotean, y cada pavo tiene un gorgoteo único, las pavas hacen un sonido de chasquido o coqueo, pero nunca gorgotean.
Otra diferencia es la forma de sus excrementos: los machos producen popo en forma larga y delgada, y el popó de las hembras es pequeño y en bolitas. Esto se debe a su anatomía, la cloaca de las hembras es más grande y elástica (por ahí también salen los huevos), así que permite que el excremento se enrosque y agrupe formando bolitas.
Eso sí, ambos géneros tienen un moco o moquillo, que es un apéndice carnoso que cuelga justo por encima del pico (en los machos es más grande que en las hembras), y un zarzo, que es el trozo rojo que parece una bolsa en la parte anterior del pescuezo.
Se ha demostrado que las hembras prefieren a los machos con un moco largo y que el tamaño del moco también se puede usar para predecir al ganador de una pelea entre dos machos. Los dos géneros tienen muy pocas plumas en la cabeza. Las plumas de su cuerpo pueden ser de color negro, castaño, cobrizo o blanco.
Cuando vemos a un pavo, se ve tan grande y pesado, que es casi imposible pensar que pueda volar. Los pavos silvestres pueden correr a velocidades de hasta 40 kilómetros por hora y volar tan rápido como 88 kilómetros por hora. Sin embargo, los pavos domésticos, que han sido engordados a propósito, son demasiado pesados para volar.
Esta entrada ha sido publicada el 27/11/2020 10:00
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"Los pavos reales son sinuosos como culebras, huidizos como los gatos y cautelosos como los bufalos viejos cuando vigilan los movimientos de sus enemigos" El pavo real se alimenta y nidifica en tierra, en un hueco de poca profundidad que suele tapar con ramas u hojas. A pesar de su tamano y largas plumas puede efectuar vuelos cortos, que realiza especialmente para posarse en las ramas de los arboles donde descansa y pasa la noche.